España y el impuesto sobre el patrimonio: lo que debe saber

Sólo unos pocos países en todo el mundo siguen aplicando el impuesto sobre el patrimonio, entre ellos España. Incluso a quienes "sólo" poseen una casa de vacaciones en Mallorca se les puede pedir que paguen. A continuación le explicamos cómo funciona el impuesto sobre el patrimonio y cómo se pueden reducir o evitar sus efectos.

Volver para quedarse

Las arcas españolas quedaron vacías durante la crisis económica de principios de este milenio. Así que en 2011, España reintrodujo el impuesto sobre el patrimonio para equilibrar las arcas públicas. Desde entonces, el "impuesto sobre el patrimonio" ha inyectado más de mil millones de euros al año en el maltrecho presupuesto del Estado. Este impuesto, que sólo se aplica en algunos países como Suiza, Francia y Luxemburgo, había sido suprimido tres años antes.

En un principio, el impuesto sobre el patrimonio sólo estaba destinado a ayudar durante el periodo de crisis, pero con la reforma fiscal de 2021 se eliminó su carácter temporal. El valor de referencia del mercado introducido en 2022 también hizo que el valor del impuesto sobre el patrimonio de muchas propiedades subiera repentinamente, un aumento casi en frío del impuesto.

Franquicia fiscal de hasta un millón de euros

¿Quién está sujeto al impuesto sobre el patrimonio en España? El impuesto sobre el patrimonio sólo se aplica a las personas físicas y grava el patrimonio global. Las empresas y sociedades están exentas. A cada persona se le permite una desgravación de 700.000 euros más 300.000 euros por los bienes de la vivienda habitual. Los préstamos y otros pasivos pueden compensarse.

El impuesto sobre el patrimonio no sólo afecta a quienes viven permanentemente en el país y son, por tanto, residentes fiscales. El gravamen también puede aplicarse a los propietarios de residencias de vacaciones. Sin embargo, con una restricción: los no residentes que vivan en Alemania, Austria o Suiza sólo tributan por los bienes inmuebles.

Se debe hacer una declaración si surge una carga fiscal o si el patrimonio bruto supera los dos millones de euros. Si el patrimonio bruto de más de dos millones de euros no está sujeto a tributación debido a obligaciones o exenciones, no hay que pagar nada, pero sí declarar. Es importante saberlo: El patrimonio que una persona posee a 31 de diciembre de cada año es siempre determinante.

Cada región tiene su propia tabla de impuestos

Aunque el Gobierno central español ha creado el marco jurídico del impuesto sobre el patrimonio, las regiones tienen ciertas competencias y, por tanto, también pueden establecer su propia normativa. En consecuencia, en cada región se aplican tipos impositivos diferentes. En Mallorca, por ejemplo, el patrimonio se grava a un tipo máximo regional del 3,45%. La Comunidad de Madrid, en cambio, y recientemente Andalucía (con efecto a partir de 2023) han suprimido prácticamente el impuesto mediante un crédito del 100 por cien.

Los residentes están sujetos a las normas fiscales de la región en la que están empadronados. Desde 2015, los no residentes pueden elegir si quieren tributar según la tabla estatal (a menudo más favorable) o la de la región en la que tengan la mayoría de sus activos españoles imponibles.

Cómo ahorrar impuestos

Siempre es aconsejable pensar en las disposiciones fiscales antes de comprar una propiedad. Sin embargo, especialmente para los no residentes, hay margen de maniobra para ahorrar impuestos sobre el patrimonio. Un ejemplo de planificación fiscal inteligente es prestar atención a la fecha límite de liquidación del impuesto sobre el patrimonio. Una persona que compra un inmueble el 30 de diciembre debe pagar lo mismo que si lo hubiera tenido en propiedad todo el año. A la inversa, el vendedor puede ahorrarse el impuesto sobre el patrimonio de un año si vende su casa antes de Nochevieja.

También es esencial aprovechar la desgravación fiscal. En este contexto, puede ser una buena idea que los inmuebles de alto precio sean adquiridos por más de una persona, ya que, debido a las desgravaciones y al carácter progresivo del impuesto, la carga total se reduce desproporcionadamente con cada propietario adicional. Otra opción es poseer una propiedad a través de una sociedad, aunque deben tenerse en cuenta los posibles efectos secundarios no deseados no sólo en España, sino también en el país de origen. Los préstamos para la compra de una vivienda también pueden tener sentido, siempre que los intereses pagados sean inferiores al impuesto sobre el patrimonio ahorrado.

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Este artículo ha sido elaborado por el despacho jurídico y fiscal PlattesGroup , con sede en Palma de Mallorca.